Cartas a Marilyn

05 diciembre 2006

En tres palabras

Querida Marilyn:

Mi mente no deja de pensar en ti, recorre mentalmente por todos los recuerdos que tengo de ti y me envía un mensaje: no hay chica más maravillosa en el mundo y no conocerás a nadie que te haga tan feliz.

La felicidad es complicada, rehuye de los seres humanos y se esconde en los lugares más recónditos; yo creo que la he encontrado cuando me encuentro contigo, cada vez que nuestros ojos se miran y nuestros corazones palpitan. La felicidad es tan pasajera, tan limitada, que yo aprovecho hasta el límite esos escasos días en que nos permiten alentar nuestra esperanza; pero es la felicidad de verse en otra persona a través de los ojos, de ver el paraíso y zambullirse en él.

Y la felicidad parece tan lejana y tan malvada que une aquellos corazones que estan lejos; pero es tan buena que, a veces, decide que se pueden ver; que pueden disfrutar de un encuentro y saciar su necesidad de alegria, dicha y cariño.

Porque eso es lo que siento: necesidad de estar cerca de ti, alejar la distancia y acercar nuestra felicidad; siento ganas enormes de abrazarte, mimarte y darte todo aquello que tengo escondido en mi corazón.

Y siento todo esto porque, en tres palabras, te quiero mucho